El crowdsourcing es una forma diferente de trabajar: las empresas exponen lo que necesitan en internet y los creativos responden, creando dinero directo y proyectos competitivos para las dos partes. Las empresas obtienen múltiples beneficios: por un lado consiguen las ventajas del outsourcing y disponen del departamento creativo más grande del mundo. Para los que participan, es una oportunidad de colaborar con empresas como persona externa y conseguir experiencia e incluso remuneración por trabajos voluntarios.
Los pasos a seguir en un proceso de crowdsourcing son sencillos: Tienes que tener una idea brillante. Al contrario que en una entrevista de trabajo, a tus clientes les convencerán tus ideas en lugar de tu actitud. Todas las personas involucradas irán directamente al consumidor sin pasar por intermediarios a través de internet. Esto quiere decir que todos los beneficios obtenidos a través de la venta serán de la persona con la idea, en lugar de tener que pagar a terceros.
Las principales tareas que se pueden externalizar mediante el crowdsourcing son aquellas que tienen un alto componente creativo o las que pueden ser desarrolladas por medios telemáticos. Dentro de este ámbito se incluyen tareas de diseño, investigación, innovación, gestión de contenidos y otra gran cantidad de tareas.
Uno de los casos más conocidos en México es el crowdsourcing de Diseño en Logos y Playeras como es el caso de las cuentas que controlan parte de los temas principales en twitter como lo es “@MascaradeLatex” aprovechando las ideas de sus seguidores, tropezones de los famosos y temas de actualidad para encontrar ese generador de ingresos apoyado de un excelente trabajo grafico. Cabe reconocer que esta genialidad de modo de trabajo solo es posible con un equipo talentoso, ya que es un reto creativo y es una retroalimentación monetaria.
Aurora Garal es la directora de Worthidea, una de las plataformas crowdsourcing más exitosas en España. Ella nos expone la diferencia entre crowdsourcing y crowdfunding que son términos parecidos pero diferentes: “En el crowdfunding se especifica que se externaliza la financiación, conseguir grandes sumas de dinero mediante pequeñas aportaciones de muchas personas para un bien común; mientras que el crowdsourcing es un término mucho más genérico que indica que queremos externalizar algo a esa multitud sin especificar el qué”, explica.
Predice que aunque es una forma de trabajar bastante nueva en España, tendrá mucho éxito: “La rápida popularización de los smartphone está permitiendo nuevas vías de crowdsourcing que hasta ahora eran inviables. Además las empresas están empezando a entender y aprovechar esta estrategia empresarial que les aporta múltiples beneficios”. Aun así, las plataformas se están enfrentando a grandes retos. “Es difícil convencer a una empresa que ha hecho siempre las cosas de una cierta forma de que debe innovar y adaptarse a los nuevos tiempos. Por esto para que una iniciativa como esta funcione es clave una clara implicación de la dirección de la compañía,” apunta. Por suerte cada vez hay más casos de éxito de empresas que han sacado magníficos resultados con estas técnicas de innovación abierta, lo cual facilita enormemente su implantación en otras empresas. Como por ejemplo Dell que con un portal realizado desde el crowdsourcing que ha conseguido más de 14.000 ideas de sus clientes habiendo ya desarrollado y lanzado al mercado un 2% de estas, ayudan mucho a entender el provecho que se puede obtener del crowdsourcing y de la innovación abierta.
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